Wednesday, March 16, 2005

La queja del arquitecto

Emilio José Brea García

"que raro que nadie ha dicho nada.....en la Secretaria de Educación se está levantando una construcción en los jardines que dan hacia la Máximo Gómez con Santiago, obstaculizando la visual lateral del notable edificio neoclásico y violando, además, los limite del retiro sobre la popular avenida....Atención Planeamiento Urbano, Plan Director, Codia, Sociedad de Arquitectos, Patrimonio Monumental, Icomos y demás, salgan a la defensa del patrimonio del siglo xx, pues al parecer no hay educacion en educacion y esto es un mal precedente para el sector de Gascue".

Así nos llego el correo electrónico del amigo arquitecto Gustavo Ubrí. Y recordámos el Palacio Nacional, afectado por una agresión, en tiempos de paz, no menos oprobiosa cuando en 1997 le construyeron en la esquina de la calle Doctor Delgado con Avenida México, una palacete desigual, desproporcionado y brutal, para albergar las oficinas de antesalas del propio Palacio. Aquella vez, que recordemos, nadie dijo nada que no fuéramos nosotros. Igual pasó cuando le hicieron la verja horrenda al "Palacio de Bellas Artes". ¿Quién dijo algo?

Desde siempre, el silencio ha sido cómplice de todos los desmanes contra la ciudad. Y son muchos los que callan. El temor a las retaliaciones, a las represalias, a las revanchas, es enorme. Trabajar no es asunto de dignidad ni de preparación, es ocasión propicia para el tráfico de influencias y eso se paga con silencios compartidos. El hambre y los retrasos de pagos de la vida cotidiana, resultan en tenebrosas experiencias para los desocupados. Callar es otorgar. Sigamos callados que mañana los que vengan se preguntaran donde estaba esta sociedad cuando ocurrieron estas cosas (estabamos muy ocupados bailando bachatas, premiando la impunidad, aplaudiendo la corrupción, exaltando los antivalores; y de patria no escribamos ni hablemos, podría darnos una vergüenza tan íntima y lacerante que hasta podríamos perder las visas...)